martes, 17 de julio de 2007

Madrid, 18 de julio de 1936





Ruperto Tovar (1891-1956)
y
Antonio Marín (1917-1937)




Ambos siguieron con alarma las noticias que se propagaban entre los madrileños acerca de una sublevación de las guarniciones de África, escucharon con atención la radio...

Antonio Marín García, 18 años, obrero de un taller donde se imprimía sobre chapa para botes de conserva, nacido en Vicálvaro, en el barrio de la perejilera ( hoy Madrid, calle de Amador Valdés) vecino de la misma casa que lo vio nacer, militante de la Juventud Socialista Unificada (JSU).
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Ruperto Tovar Coronado, 46 años, en aquellos días empleado de una compañía de seguros, nacido en Macharaviaya (Málaga), avecindado en Madrid desde un par de meses antes de que se proclamara la IIª República, vívía en la carretera de Aragón (hoy c/Alcalá) a unos cientos de metros del domicilio de Antonio Marín.
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En las horas siguientes Antonio se dirigió a la casa del pueblo de su barrio y más tarde hacía el cuartel de la montaña. Ruperto, todavía el día 19, salió vestido de traje y corbata a vender seguros, aún pensaba que la sublevación no era más que un cuartelazo que el gobierno controlaría en pocos días.
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Ruperto se encontraría con los primeros grupos de milicianos y los primeros controles. Por su aspecto debió de levantar sospechas, pero, según contaría más tarde, sus explicaciones y su carnet de afiliado al Partido Federal Republicano disiparon las dudas de los milicianos. Vista la situación pensó que no era el momento de vender seguros.
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Su esposa Teresa Aranda, también de Macharaviaya, y su hija Pepita recordaban que salió vestido de traje y cuando finalmente volvió, lo hizo vestido con un “mono” y una pistola al cinto “llevaba un pistolón enorme en una funda de madera colgada del cinturón”
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También volvió a su casa, brevemente, Antonio con su mono de trabajo y un fusil al hombro, despertando la admiración, y algo de envidia, de su hermano Pepe, unos tres años menor que él, y el entusiasmo de alguno de sus tíos que en ese momento estaban presentes, también de vuelta del combate.
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Algún día después Ruperto bajaba por la carretera de Aragón, tenía que presentarse a las tareas militares que le habían encomendado y se dirigía al metro de Ventas, parapetados tras los gruesos árboles que entonces flanqueaban la carretera algunos milicianos controlaban el paso de vehículos, ya que en los días precedentes todavía los fascistas emboscados habían atentado disparando contra las gentes desde coches circulando a gran velocidad.
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Poco antes del cruce con la carretera del este ( actualmente avda. de Daroca) reparó en un muchacho de unos trece años que hablaba con uno de los milicianos, al miliciano no le conocía, al muchacho sí, aunque no sabía su nombre, era alumno del colegio Campoamor que justamente ocupaba la planta de pisos bajo el cual él vivía, y además recordó que aquel muchacho andaba tonteando con su hija Pepita...

El muchacho en cuestíón se llamaba Rafael Fernández y el miliciano con el cual charlaba aquella tarde era su primo Antonio Marín.... (años más tarde Rafael se casó con la hija de Ruperto Tovar, Pepita...)...

Antonio Marín murío en combate al año siguiente, ya era teniente del ejército republicano ...su hermano Pepe, falsificando la edad, consiguió alistarse...
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A Ruperto Tovar, finalmente, le destinaron a labores culturales en la línea de frente, dió clases a los milicianos y repartió libros en las trincheras. En marzo de 1939 terminó con otros miles en el puerto de Alicante, pasó por el “campo de los almendros”y posteriormente permaneció varíos años en la cárcel.
© agirretxe

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Está sacado de algún libro?
Si es así me gustaría saber el título

Agirretxe dijo...

el texto es de un original no publicado.

Un saludo

Anónimo dijo...

Estoy con mi tio-abuelo Manuel Marin Garcia y nos hemos sorprendido al encontrar este blog donde aparece su hermano Antonio. Como podemos tener mas informacion de el? Se lo agardeceriamos mucho

Agirretxe dijo...

La información sobre Antonio Marín me la proporcionó el hijo de Rafael Fernández, al que conocí en la Prisión de Carabanchel en 1970.

Hace 8 ó 9 años, preparando unos guiones sobre temas de la guerra civil (que finalmente no vieron la luz), leí un poema de María Luisa Carnelli, una poeta argentina que al parecer estuvo como periodista en España durante la guerra civil; el poema se titulaba “Ventas”, y decía:

“...por Ventas mozos venteros
primer impulso que ardía,
iban a los sindicatos
a dar, no vender la vida.
A Ventas, de Pueblo Nuevo,
con luces de amanecida
albañiles, metalúrgicos,
pistola al cinto acudían.
A Ventas desde San Blas,
en un impulso que ardía
desde la Perejilera
a dar, no vender la vida."

Aunque conocía el barrio de las Ventas no había oído hablar nunca de la Perejilera, ni la pude ubicar en los planos, es por ello que le pedí información al hijo de Rafael del que recordaba que había nacido en esa zona. Me situó inmediatamente donde estaba la Perejilera y cuando le conté lo del poema me dijo “Uno de esos mozos, sin duda, debió de ser Antonio Marín.” y fue cuando me contó las anécdotas que aparecen en este blog, que se las había oído contar en muchas ocasiones a su padre, advirtiéndome que tenía alguna duda sobre el año exacto de nacimiento de Antonio , pues con certeza no sabía si sería 1917 ó 1918, también tenía dudas sobre el año de nacimiento de Ruperto Tovar, pues en unos papeles aparecía 1889 y en otros 1891.

Los otros datos que me contó y que no aparecen en la nota publicada son que Antonio Marín fue muerto en combate en Valencia, recibiendo el grado de capitán del Ejercito de la República, y que Pepe Marín había estado en el frente de Teruel y en la sierra de Javalambre y que finalmente fue retirado del frente, al parecer por gestiones de su madre, Carmen, ya que tenía unos 16 años de edad.

Estos son todos los datos que me contó el hijo de Rafael, el tampoco recordaba más. Bueno, algunos los he pasado por alto, como que su abuelo materno, Antonio García fue alcalde de Vicalvaro, ya que su hermano Manuel los conocerá perfectamente.

La nota la publiqué ya que cuando tiempo después me pregunto si había hecho algo del trabajo previsto le dije que no había podido ser y que iba a publicar una nota en un blog.

La foto me la envío escaneada.

Siento no poder aportar más datos, recibe un afectuoso saludo para ti y para Manuel Marín.

Agirretxe.


Anónimo dijo...

Muchas gracias por contestar y disculpe por el retraso por mi parte.

Cuando le escribí estaba visitando a mi tio-abuelo en Valladolid y hablando de estos temas buscamos sobre la marcha información con el móvil y al ver el blog escribí en ese momento.

Hace unos días me acordé y vi con gusto su amplia respuesta. Se la he enviado a mi tío por carta (las nuevas tecnologías ya le han llegado tarde como se puede imaginar). A ver si él puede precisar alguna cosa sobre lo que usted comenta.

Muchísimas gracias otra vez.


Anónimo dijo...

Me alegra muchísimo que alguien se acuerde o piense en mi tío Antonio Marín García, de quien guardo un libro de texto suyo publicado en 1917, de la Historia de España, en cuya portada (ilustrada por Penagos)se ve una bandera de España en la que Antonio pintó de morado una de las rayas rojas de la bandera, lo que le costó una paliza por parte de su profesor, y que motivó que desde entonces -el era aun un crío- jurara no obedecer jamás a esa bandera. En las últimas páginas, en una ilustración de Alfonso XII pone al lado de su puño y letra en tinta roja la palabra "caradura". También conservo de él una cantimplora de aluminio que le quitó a un aviador de la Legión Cóndor al que logró capturar tras realizar con su avión un aterrizaje de emergencia cerca de Vicálvaro y entregarlo después a los milicianos. Yo resido en la actualidad en el barrio donde él vivía (La Perejilera) aunque ya solo los mayores del barrio lo recuerdan con ese nombre. Su fallecimiento creo que no fue en Valencia, si no en Alcalá de Xivert (Castellón)cerca de una fortaleza de la que había salido para alguna gestión o incursión y que a la vuelta, se encontró con que los nacionales la estaban tomando y en la refriega se produjo su fallecimiento. Mi madre siempre nos inculcó una gran pasión por la figura de su hermano Antonio, a quien todo el mundo que le conoció le recuerdan como alguien de un valor extraordinario que nunca tuvo miedo a morir luchando contra el fascismo.
Muchas felicidades por su blog. Me ha alegrado hoy el día.

Agirretxe dijo...

Muchas gracias por su comentario y, sobre todo, por los nuevos datos y aclaraciones sobre la vida de Antonio Marín García.

Saludos

Agirretxe