miércoles, 30 de septiembre de 2009

Sahara Occidental: libros y otras publicaciones digitales en Internet (VII).

El trazado de las fronteras de los actuales países africanos, en la casi totalidad de los casos, poco o nada tiene que ver con la historia de los pueblos y naciones que los habitan. Basta echar un vistazo al mapa de África y a sus fronteras rectilíneas, su origen está en la Conferencia de Berlín de 1884 en la que las grandes potencias colonialistas -también algunas menos grandes- de Europa se reparten África. No obstante, como mal menor, los países africanos han reconocido las fronteras, heredadas de la etapa colonial, aunque no siempre ha sido respetada esta política, especialmente por Marruecos que en 1964 inició una guerra contra Argelia, reclamando los territorios de Bechar y Tinduf y que posteriormente en 1975 invadió el Sahara Occidental con la connivencia del país colonizador, España, que en los llamados “Acuerdos de Madrid” de 14 de noviembre de 1975 entregó el Sahara a Marruecos y Mauritania.

La primera delimitación de las fronteras del Sahara Occidental se hace, en 1900, mediante el llamado tratado de París celebrado entre España y Francia, que ocupaba o tenía intereses en los territorios limítrofes (la llamada África Occidental Francesa, Argelia y Marruecos). En este convenio se delimitan “las posesiones de ambos países en el África Occidental en la costa del Sahara y en el golfo de Guinea”.

El acuerdo se publicó en la Gaceta de Madrid (el equivalente al actual Boletín Oficial del Estado) de fecha 30 de marzo de 1901. Los fondos de la Gaceta están digitalizados desde 1667 a 1967 y disponible en la web del BOE, donde se pueden consultar.

Uno de los aspectos de esta delimitación que en su momento sorprendió más en la España de la época, fue que las salinas de Idjil y el Adrar Tmar quedaron en el territorio bajo control francés, así se especifica en el artículo 1º : “...la línea de demarcación seguirá en dirección del noroeste, describiendo, entre los meridianos 15º20' y 16º20' Oeste de París (13º Oeste de Greenwich), una curva trazada de modo que deje a Francia las salinas de la región de Idjil, con sus dependencias, manteniéndose la frontera por lo menos a una distancia de 20 kilómetros del límite exterior de dichas salinas.”
En sus “Memorias”, el que fuera Gobernador General del entonces denominado Sahara español, Francisco Bens Argandoña, se lamentaba así: “¡Qué impresión más dolorosa recibí al visitar Adrar-Stemar (la Montaña de los dátiles)! (...) Le llamaban la “Montaña de dátiles” y con razón. Es Adrar-Stemar un espesísimo bosque de palmeras, delicia de los ojos y descanso para el viajero del desierto. (...) Este Adrar-Stemar había sido nuestro, pero nos lo quitaron los franceses en 1904 [sic], siendo yo gobernador de Río de Oro, sin yo saber una palabra aquel despojo se nos hizo por medio de un convenio firmado en París entre nuestro embajador, León y Castillo, y el Ministro francés señor Descalsse. ¡Nos quitaron el riquísimo Adrar-Stemar y nos dejaron a cambio el Adrar-Sutuf, todo montañas de arena!”(p. 60 y 61).

La sorpresa venía por las pretensiones coloniales españolas, ya que, 14 años antes, en 1886 Julio Cervera, Francisco Quiroga y Felipe Rizzo habían firmado un acuerdo en el Adrar con Uld el Aidda. A su regreso los dos primeros impartieron, en la sede madrileña de la Sociedad Geográfica Española, una conferencia, que se publicó en el Boletín de la misma. Solo esta disponible, en la Biblioteca Nacional Española, la versión digital de la impartida por Quiroga, aunque sí está disponible el Boletín de la Sociedad Geográfica y ejemplares mecanografiados de ambas conferencias.

A pesar de que la Biblioteca Nacional cuenta con un importante fondo documental relativo al Sahara Occidental, son muy escasos los fondos digitalizados.
Entre estos señalamos una interesante carta marítima :

Océano Atlántico septentrional : Carta de la costa Occidental de África desde Puerto Cansado a la Bahía del Galgo comprendiendo las Islas Canarias : se consignan las zonas de pesca del Sahara Occidental y de las mencionadas Islas, construida con presencia de los trabajos ingleses más recientes y de los publicados por la Dirección General de Agricultura de Italia.

Fue editada en 1896 y en ella se detallan a lo largo de la costa los nombres de las especies de pesca. Los detalles de tierra firme son escasos y este espacio está aprovechado para insertar dibujos de los perfiles de la costa