Este
próximo 6 de enero Benito Lertxundi cumplirá 72 años y alrededor de
50 años cantando.
"Gipuzkoako
Orio herrian, 1942-garreneko urtean, Benito Lertxundi jaio zen.
Etxeak bezela, erroak finkatuak dituzten gauzak bezela, jaiotherrian
bizi da. (...)" "En el pueblo de Orio en el año 1942 ,
nació Benito Lertxundi..." Así comenzaba la presentación que
se hacía de Benito Lertxundi en su primer disco editado por
Cinsa-Edigsa en 1967, un disco de 45 rpm. que contenía, en la cara 1
las canciones Egia
y Egun
sentia
y en la 2 las emblemáticas Zenbat
gera
y Loretxoa.
Lertxundi
perteneció al colectivo Ez
dok amairu,
al igual que otros señalados cantantes vascos de la época como
Mikel Laboa o Lurdes Iriondo, ambos fallecidos.
En
esta nota vamos a comentar dos canciones interpretadas por Benito
Lertxundi, canciones que están a medias entre la leyenda y la
historia: Altabizkarko Kantua e
Itzaltzuko bardoari (Canto
de Altabizkar y Al bardo de Itzaltzu), contenidas en un disco doble
editado en 1981; ambas volverían a aparecer, en 1994, en el album
Hunkidura
kuttunak,
dos volúmenes en 4 CD's.
Altabizkarko
Kantua es una canción dedicada a la batalla de Roncesvalles (Orreaga
en euskara).
Generalmente, muchos historiadores fechan esta batalla en el año
778, algunos para más precisión incluso en el 15 de agosto, en
cuanto al lugar se supone que podría haber sido en el mismo
Roncesvalles, en el puerto de Ibañeta o en el cercano Valcarlos
(Luzaide en euskara).
Esta
batalla fue conocida y popularizada por el poema épico La
chanson de Roland,
cantar de gesta compuesto en el siglo XI y atribuido a Turoldus
(pues
con esta frase concluye el manuscito: Ci
falt la geste que Turoldus declinet ),
aunque su autoría no está clara, puesto que también podría haber
sido un mero recopilador o copista. El manuscrito más antiguo, sin
embargo, es mas tardío. data del siglo XII.
La
chanson de Roland
se extendió en diversos idiomas y variantes y en torno a la historia
y leyenda de Roland (también conocido por Roldán, Orlando, Errolan
en euskara, etc...), diversos autores compusieron variadas obras como
Orlando
innamorato
de Matteo M. Boiardo (S. XV), Orlando
furioso de
Ludovico Ariosto (S.XVI), etc.
A
partir de la difusión de La
chanson de Roland
tomó cuerpo la suposición de que la batalla fue entre los árabes y
las tropas de Carlomagno, pues el autor pone en el lugar del combate
nada menos que a unos cientos de miles de "moros" (en una
pintoresca descripción que hace comparable al "ejército
sarraceno" con un ejército propio de una película de Conan o
de las basadas en las obras de Tolkien),
sin embargo, como sostienen la mayoría de los historiadores, el ataque
a la retaguardia del ejército franco fue obra de "los vascones"
con independencia de las alianzas que pudieran tener con los Banu
Qasi de Zaragoza y su probable apoyo.
Ya
Garibay, en el siglo XVI, precisa en su "Compendio historial de
las crónicas y universal historia de los reinos de España"
"En
tiêpo d'efte Rey Don Fortun
Garces
rcfulta aqlla famofa batalla d'el puerto de Rôces Valles en los
môtes Pireneos, que fegun la comû
opiniô de nueftros hiftoriadores,
paffó en el año d'el nafcimiento de nueftro Señorde ochociêtos y
nueue, fiendo el Emperador Carlos Magno vencido por Don Alonfo,
cognominado el Cafto Rey de Ouiedo, y por efte Rey Don Fortun Garces
y fus Nauarros, con quienes muchos naturales de
Guipuzcoa,Bizcaya,
Alaua y Afturias,y de otras partes q no eftauan bien con el dominio
de los Francefes, fuerô prefentes en la batalla, donde efcriuen, q
ayudó Marfil Rey Moro de Çaragoça,y q murió Roldâ conde de
Bretaña, y otros Principes, côdes, y capitanes muy notables, quc en
común hablar, llaman doze pares."
(En
tiempo de este Rey Don Fortun
Garcés
resulta aquella famosa batalla del puerto de Roncesvalles en los
montes Pirineos, que según la común
opinión de nuestros historiadores,
pasó en el año del nacimiento de nuestro Señor de ochocietnos
nueve, siendo el Emperador Carlo Magno vencido por Don Alonso,
cognominado el Casto Rey de Oviedo, y por este Rey Don Fortún Garcés
y sus navarros, con quienes muchos naturales de
Guipuzcoa,
Vizcaya, Alava y Asturias, y de otras partes que no estaban bien con
el dominio de los franceses, fueron presentes en la batalla, donde
escriben, que ayudó Marsil Rey Moro de Zaragoza, y que murió Roldán
conde de Bretaña, y otros Principes, condes, y capitanes muy
notables, que en común hablar, llaman doce pares.)
Pero
Altabizkarko
kantua
no es
una composición medieval, aunque cuando se dio a conocer pretendió
pasar por ello, su autor fue Eugène Garay de Monglave (1796-1873).
El canto está escrito en francés en 1828 y traducido al euskara por
Louis Duhalde. Monglave lo publica en euskara en 1835, como una obra
contemporánea a "La chanson de Roland", y aunque en su
época fue objeto de polémica la autenticidad de este canto, desde
hace mucho tiempo está clara la autoría de Monglave .
Itzaltzuko
bardoa,
está basada en la narración del mismo nombre de Arturo
Campión,
El bardo de Izalzu,
publicada en 1917, cuyos
protagonistas principales son Gartxot y su hijo Mikelot.
Campión
nos relata su estancia en un caserío del valle de Salazar y como
escucha a una de las jóvenes de la casa, Andresa Berreda, la
historia de Gartxot cuyo final es según esta narración el que
sigue:
"(...)
Antes de que tres noches se hubiesen tragado a tres días, los
gendarmes pusieron preso a Garchot y le llevaron al prior. Este le
excomulgó y condenó a permanecer encerrado en la torre de
Elkorreta, con un pan de libra y una pinta de agua, hasta que se
muriese de hambre y de sed. Garchot, asomado a la ventana de su
cárcel, solía estar llorando, y las palomas del valle venían a
darle acompañamiento. Pero también solían decirle mientras
revolaban: «Garchot: fuiste insensato; te mofaste de los señores
canónigos, a quienes debemos respeto y veneración.» Y
Garchot,agradecido, les arrojaba migas de pan. Y cuando se le
acabaron las provisiones, y sus tripas, rechinando, se le corrían
llenas de aire, y él daba voces lastimeras, gritando: «¡Ay de mí,
ay de mí!», acudían del monte las palomas, llevándole en el pico
«gusandos» de la tierra, frutas de los árboles y buches de agua
fresca [...] En memoria de todo, decimos los de Itzaltzu, cuando
suben las nieblas hondas al Abodi: «Ahí van las palomas del valle a
dar de comer a Garchot, hambriento en Elkorreta.» Y ellos vivieron
bien y yo también."
Y
siguiendo este relato comienza la canción de Lertxundi
"Ehunka
uso Elkorretako inguruetan
Itzaltzuko
bardoaren bila etsipeneta
Gari
ttantta bana dute mokoetan
ezarri
ahal izateko Gartxoten ezpainetan."
(...)
"Cientos
de palomas alrededor de Elkorreta
buscando
desesperadamente al bardo de Itzaltzu.
Lleva
cada una, un grano de trigo en el pico
para
dejarla sobre los labios de Gartxot."
Campión
cuenta como la historia de Andresa le inquieta e intriga, como
prosigue sus averiguaciones sobre lo sucedido en el pasado y
finalmente explica como llega a escribir la narración:
Dejadas
aparte las noticias de interés general contenidas en mis hallazgos
de los archivos de Pamplona
y
Roncesvalles, absolutamente inéditas, puesto que esos documentos
nadie los ha visto, me apliqué a extractar las que se relacionaban o
podían relacionarse con el caso de Garchot de Itzaltzu, blanco otra
vez propuesto a mi atención. El relato de Andresa,
y
su
variante, las notas documentales, (...) La imaginación
reconstructiva, hostigada por el misterio, rellenaba poco a poco los
huecos, iluminaba las tinieblas
y
enriquecía
la avarienta parsimonia de los textos, descifraba el enigma de las
alusiones... En la vigilia
de cierta noche que había meditado sin tasa sobre mi información,
se me apareció impensadamente en el pensamiento la historia completa
de las desventuras de Garchot, (...).
Gartxot
de Itzaltzu, collazo al servicio de la abadía de Orreaga, pastor y
guía, con su hijo Mikelot, de doce años, canta en las fiestas y
romerías. La voz de Mikelot, cristalina y bella, era la mejor voz
que nunca se hubiera escuchado.
En
la hospedería de Orreaga le oyen cantar el abad, así como el mismo
Turoldo,
el autor de la "Chanson
de Roland",
según la narración de Campión; y el
canto que Campión
pone en boca de Mikelot es el Canto
de Altabizkar,
el poema de Monglave:
"...¡Ya
llegan, ya llegan! Es un bosque de lanzas
Con
multicolores banderolas en medio.
Saltan
rayos de las armas.
¿Cuántos
son, muchacho? ¡Cuéntalos bien!
Uno,
dos, tres, cuatro, cinco, seis,
siete,
ocho, nueve, diez, once, doce,
Trece,
catorce, quince, diez y seis,
diez
y siete, diez y ocho,
diez
y nueve, veinte.
Y
veinte, y miles todavía .
Perderíamos
el tiempo contándolos...."
(...)
"Heldu
dira! Heldu dira!
Zer lantzazko sasia!
Nola zer nahi kolorezko banderak
heien erdian agertzen diren!
Zer zimiztak atheratzen diren
heien armetarik! (bis)
Zenbat dira?
Haurra, kontatzak ongi.
Bat, biga, hirur, laur, bortz,
sei, zazpi, zortzi, bederatzi
hamar, hameka, hamabi, hamairur,
hamalaur, hamabortz, hamasei,
hamazazpi, hemezortzi,
hemeretzi, hogei."
(...)
Zer lantzazko sasia!
Nola zer nahi kolorezko banderak
heien erdian agertzen diren!
Zer zimiztak atheratzen diren
heien armetarik! (bis)
Zenbat dira?
Haurra, kontatzak ongi.
Bat, biga, hirur, laur, bortz,
sei, zazpi, zortzi, bederatzi
hamar, hameka, hamabi, hamairur,
hamalaur, hamabortz, hamasei,
hamazazpi, hemezortzi,
hemeretzi, hogei."
(...)
La
canción causa sorpresa a los peregrinos extranjeros que van o
vuelven de Santiago de Compostela: "¿Quienes
son esos vascones que dicen que derrotaron a Carlomagno?";
también
les indigna: "¿Qué
buscan en nuestras montañas esos hombres del Norte?», les sonaba a
ultraje, y pretendían tomar venganza.
El
abad Begón, puesto de pie, levantó en alto el crucifijo que llevaba
sobre el pecho. Nadie resistió al
suave requerimiento. De la torre abacial cayeron las campanadas de la
queda."
A
lo que Gartxot contestó: "Sí,
sí; le darán buena vida; pero él prefiere la pobreza conmigo, que
soy su padre, y en mí adora; con su padre, que le enseñó las
canciones de la tierra , más viejas y más nuestras que los árboles
del Irati . No nació el ruiseñor para repetir los graznidos de los
cuervos."
Tiempo
después Gartxot rescata a su hijo y le lleva junto a él. a
Elkorreta. Pero, más tarde, cuando está en el pueblo es encontrado;
el merino le conmina a que entregue a Mikelot, pero antes de
separarse de él:
"...mientras
los mesnaderos se apeaban, tomó del suelo una pella de barro, apretó
la garganta de Mikelot,y en la boca del chico, desmesuradamente
abierta, metió la pella y tapiósela con la mano.
—¡Ah,
fray Martín—clamó estentóreamente—, cómo nos matas! ¡Que el
demonio cante tus maitines! Mikelot,
asfixiado, cayó, como un montón de ropas sin cuerpo, a los pies de
su padre. Sonó un grito de espanto."
Atzaparka
bat lurrez
hire
seme maitearen
abots
gardena itoaz
nola
herri bakoitzak
bere
defuntuak
lurperatu
ohi dituen.
(...)
Ahogando
con un puñado de tierra
a
voz querida de tu hijo,
recordaste
cómo cada pueblo
entierra
a sus difuntos.
(...)
Ai
Frai Martin,
hire
zitalkeriak
bardoa
hilen dik
bainan
haren
sumindura
hilezkorra
ondotik
izango duk
eta
hire maitinak
deabruak
kantatuko dizkik.
(...)
Ay
Fray Martín,
tu
traición mató al bardo,
pero
su eterna cólera
te
perseguirá siempre y tus maitines
te
los cantará el diablo.
La
historia de Gartxot y Mikelot se plasmó, a finales de los años 90,
en una narración gráfica cuyo autor es Urmeneta, que años más
tarde dirigió una película de dibujos animados estrenada en el año
2011.